El origen etimológico de la palabra amistad no ha podido ser determinado con exactitud. Hay quienes afirman que proviene del latín amicus (“amigo”), que a su vez derivó de amore (“amar”). Sin embargo, otros estudiosos afirman que amigo es un vocablo griego compuesto por a (“sin”) y ego (“yo”), por lo que amigo significaría “sin mi yo”. En todo caso, la amistad es una relación afectiva entre dos personas y una de los vínculos interpersonales más comunes que la mayoría de los seres humanos tienen a lo largo de su vida.
La amistad involucra diversos sentimientos, donde un amigo acude al otro en busca de confianza, amor, consuelo, respeto y compañía, por ejemplo. Estas relaciones se presentan en todas las etapas de la vida, aunque con distintos grados de importancia
y trascendencia. Se dice que hay amistades que nacen a los pocos
minutos de comenzada una relación, y otras que pueden tardar años en
consolidarse.
La amistad no solamente surge con quienes tenemos más
afinidades en cuanto a gustos e intereses, o con quienes tenemos más
parecido, sino que puede aparecer entre personas muy dispares. De hecho,
a veces ese es un factor que fortalece la amistad, pues una buena
amistad complementa y enriquece a la persona, no solo en el intercambio
de ideas, información y sentimientos, sino también en el hecho de
compartir los buenos y malos momentos de la vida.
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